sábado, 7 de julio de 2007

El calendario dice que es Navidad. La calle con sus bombillas multicolores anuncia que es tiempo de Navidad. Los niños, de vacaciones en la escuela, corretean por la casa preguntando ilusionados como colocar las figuritas del Belén. El abuelo no para de gritarles para que dejen de alborotar, mientras la abuela en la cocina refunfuña porque todavía no sabe los que seremos para cenar. Juan, distraído, lee el periódico; como un autista ajeno a cuanto sucede a su alrededor. Y yo...Yo miro la lluvia caer tras los cristales. Quisiera no estar aquí, quisiera huir de la Navidad, quisiera no tener que sonreír porque lo dice el calendario, ni ver la iluminación que falsea la realidad de una triste calle maloliente y sin esperanza, quisiera...
- Mami.- dice el más pequeño de tan solo cuatro años.- haz que el árbol tenga luz.
Ana dice solo falta la estrella de la punta.Y entonces le doy la mano, le sonrió; me dejo arrastrar por su inocencia. Él no es culpable de que su madre, hace tiempo, haya dejado de creer en la absurda magia en la Navidad.
_Galiana_

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